Nosotros
comemos para satisfacer el apetito de nuestro cuerpo. Hay veces que no tenemos
ganas de comer, pero nuestro cuerpo sí y no avisa.
¿Qué son?
Los hidratos
de carbono o glúcidos son la principal fuente de energía para
nuestro organismo. Si atendemos a su composición química son los más simples,
formados únicamente por carbono (C) e hidrógeno (H) y en contadas ocasiones por
otros elementos sencillos. Podemos establecer 3 grupos dentro de los glúcidos:
· Monosacáridos: son los más sencillos. Tan solo tienen de 3 a 7
átomos de carbono y cualquier glúcido debe ser transformado en monosacárido
para que nuestro organismo pueda absorberlo. El más importante es la glucosa
y muchos hidratos de carbono se transforman en este monosacárido para su
absorción. No se encuentran de forma natural en los alimentos.
· Disacáridos: están formados por la unión de dos monosacáridos.
Son importantes porque se encuentran en muchos alimentos de forma natural y se
transforman fácilmente en monosacáridos para su absorción. La sacarosa (azúcar
común) es el más importante, porque está formado por 2 moléculas de glucosa que
se hidrolizan ("separan") con facilidad.
· Polisacáridos: están formados por cientos y cientos de
monosacáridos. Son importantes porque se encuentran de forma natural en los
alimentos y son la mayor fuente de glúcidos. Los más importantes son el almidón
y el glucógeno (presentes de forma natural en alimentos). El glucógeno
se almacena en el organismo para sintetizar glucosa cuando sea necesario.
¿Qué "gasta" glúcidos?
Pues te lo voy a contar con un croquis, que así
entran mejor las cosas:
Como ves en el
mini-croquis, monosacáridos y disacáridos se transforman en glucosa. El
cerebro es el órgano que más precisa de glucosa para su correcto
funcionamiento. Es también la glucosa muy importante porque todas las células
del cuerpo la emplean para producir energía (en un proceso denominado
glucólisis).
El glucógeno
es el polisacárido más importante que ingerimos y lo almacenamos en el hígado.
Bien es cierto que cuando el organismo necesita glucosa y no la hay en
suficiente cantidad, recurre al glucógeno que mediante unas reacciones se
transforma en glucosa (en una ruta denominada glucogénesis).
¿Por qué son importantes?
Son la primera
reserva de nutrientes que el cuerpo consume para producir energía. Suponen el
60% de una dieta equilibrada. Una ausencia de glúcidos implica que el cuerpo
utilice otros nutrientes que tienen otras funciones para producir la energía
que falta.
Como ves en
nuestra pirámide alimentaria, los hidratos de carbono deben ser consumidos a
diario (y varias veces). Puedes hacerlo a través del pan, de la pasta, de los
cereales... ¡incluso de los dulces! pero ya sabes que no conviene abusar de
estos últimos.
Mitos infundados...
Ya sabes (o no)
que por ahí corren rumores sobre los hidratos de carbono... voy a contarte los
que son mentira y por qué:
- "El pan
engorda"
¡Mentira! El
pan está elaborado a partir de trigo, levadura y sal. El trigo es un cereal, y
por lo tanto, una fuente de hidratos de carbono. Los hidratos de carbono son la
principal fuente de energía de nuestro cuerpo. Es decir, el pan es lo
primero que nuestro cuerpo quema. No puede engordar una cosa que se quema
nada más ser ingerida.
Es la sal la
que puede causar problemas de hipertensión en personas de edad avanzada.
Así que ya
sabes... un trozo de pan en las comidas no hace daño a nadie.
- "La
pasta engorda"
¡Mentira! Te
digo lo mismo que para el pan... algo que se "quema" nada más ser
ingerido no puede engordar.
Precauciones:
En cada uno de
los nutrientes que expliquemos voy a decirte lo mismo. En el punto medio está
la virtud. Es obligatorio comer hidratos de carbono todos los días para
satisfacer las necesidades energéticas del organismo. Pero si abusas de
ellos... (Comer, merendar y cenar macarrones, por ejemplo) puedes tener un
problema. Tal vez aquí sí veamos un aumento en el peso... porque todos los hidratos
de carbono que no has podido "quemar" se han trasformado en grasas, y
estas se almacenan en el cuerpo.
Pero que no cunado
el pánico, puedes comer y cenar tranquilamente un buen planto de macarrones que
no vas a engordar un ápice. Eso sí, no me lo hagas todos los días.